Sandra Melgarejo. Madrid
La historia de la Neurología en Almería empieza con la llegada de Enrique Goberna en marzo de 1979, el primer neurólogo de la provincia. Según Pedro Serrano Castro, director de la Unidad de Neurología Clínica y Diagnóstica del Hospital Torrecárdenas de Almería, Goberna ejerció como único neurólogo integrado en el Servicio de Medicina Interna “de un hospital absolutamente volcado en labores asistenciales y que, en ese momento, tenía una estructura tremendamente simplificada en comparación con la actualidad”. “La personalidad de Goberna, que pronto se convirtió en el primer jefe de Sección de Neurología, hizo que la especialidad pronto encontrara su hueco en el hospital como especialidad individualizada y respetada por el resto de los servicios”, comenta Serrano.
El equipo de la Unidad de Neurología Clínica y Diagnóstica del Hospital Torrecárdenas de Almería. De izquierda a derecha: Villalobos, L'Hotellerie, Peralta, Vázquez, Aguilera, Goberna, Serrano, Olivares, Mejías, Payán, García, Fernández, Arjona, Rubí y Quiroga.
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El director de la Unidad de Neurología destaca que “la historia inmediata se nutrió de neurólogos brillantes que dejaron su impronta de manera indeleble y que, de alguna forma, han marcado la propia identidad de la Neurología en Almería. Alfredo Casado, tristemente desaparecido, tiñó el servicio, tal vez para siempre, de su particular forma de ver y entender la Neurología, transmitiendo a su entorno esa pasión por una especialidad asentada en fundamentos semiológicos y cercana al padecimiento del enfermo, y, al tiempo, con vocación de abrirse al futuro”.
En el año 1993 ingresó la primera médico interno residente (MIR) del servicio. Desde entonces, no ha dejado de existir docencia especializada en Neurología en el Hospital Torrecárdenas. Tres años después, en julio de 1996, Pedro Serrano Castro se incorporó como sexto miembro del servicio. A su llegada, Serrano, que provenía del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, se dio cuenta de dos cosas: “por un lado, el ingente trabajo que quedaba por hacer en Almería, pero, por otro, la gran potencialidad que atesoraba este hospital y las personas que lo formaban”.
Pedro Serrano Castro.
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Serrano define la década posterior a su llegada como una etapa “de labor callada, en la que, poco a poco, el prestigio interno y externo del servicio fue ascendiendo, así como su peso específico dentro del hospital”. Desde entonces, el número de facultativos se ha proyectado de manera exponencial hasta los 13 que actualmente lo integran, “una expansión inédita en Andalucía cuya clave ha sido la predisposición a asumir labores que, hasta ese momento, habían realizado otros”. “Consistía, ni más ni menos, que en invertir, con argumentos y trabajo no reconocido inicialmente, esa tendencia que, durante muchos años, se produjo en Neurología y que llevó a la pérdida de las técnicas diagnósticas propias de la especialidad”, matiza el director de la unidad.
“Simultáneamente, se produjo una especialización de la actividad asistencial del servicio, una evolución buscada por los propios profesionales derivada del convencimiento de que la calidad asistencial, entendida como la entiende el médico, exige dedicación y experiencia”, añade Serrano. Estos años de transición concluyeron en 2006, cuando el servicio se transformó en Unidad de Gestión clínica bajo el nombre de Unidad de Neurología Clínica y Diagnóstica. “Esta denominación no fue casual, sino que describe de manera exacta la vocación con la que nació la unidad de integrar todos los procedimientos diagnósticos y terapéuticos relacionados con la Neurología”, explica su director.
Así, aunque la unidad incorporó neurofisiólogos desde el principio, el año 2009 supuso la absorción definitiva del antiguo Servicio de Neurofisiología del hospital. “Esto ha hecho que, actualmente, los tres neurofisiólogos colaboren de manera estrecha con los neurólogos en labores diagnósticas, de acuerdo con el principio de la búsqueda de la máxima eficiencia. Se han desdibujado los límites de ambas especialidades y los neurólogos realizan de forma rutinaria las técnicas neurofisiológicas y neurosonológicas necesarias como parte de su valoración clínica”, afirma Serrano, quien añade que el equipo que dirige “no entiende la práctica de la Neurología de otra manera”.
Por otro lado, el director comenta que “el inicio de la asistencia continuada con guardias específicas de Neurología, en febrero de 2007, fue un momento de especial relevancia para la cohesión interna de la unidad. Este hecho compactó el servicio y definió de manera imborrable la línea de separación con el antiguo Servicio de Medicina Interna”.
“El futuro debe estar guiado por las mismas premisas que han marcado la evolución del servicio: especialización, independencia e integración de procedimientos”, opina Serrano, quien confían en que “los próximos 10 años sean los años de la explosión de todo el potencial que los profesionales de la unidad”. “Es obvio que, a veces, las circunstancias no son las mejores para la expansión de la Neurología, pero también sabemos, por experiencia propia, que el trabajo, la ilusión y la capacidad siempre tienen su recompensa”.
Dispositivos asistenciales especiales
Tabla de los dispositivos asistenciales especiales por orden de su creación y sus responsables actuales.
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En la actualidad, en la Unidad de Neurología Clínica y Diagnóstica del Hospital Torrecárdenas de Almería existen dispositivos asistenciales especiales con más o menos grado de desarrollo para prácticamente toda la patología neurológica: enfermedades desmielinizantes, epilepsia, ultrasonografía, demencias, cefaleas, patología cerebrovascular, trastornos del movimiento y enfermedades neuromusculares (ver tabla). Asimismo, Fernando Vázquez y José María L’Hotellerie se dedican preferentemente a la Neurología ambulatoria.
“La filosofía siempre ha sido el desarrollo de estas unidades. El paciente neurológico crónico agradece tener un referente médico y los beneficios en materia de investigación que supone la creación de unidades específicas es evidente. El próximo reto es dar cobertura a la patología del sueño incorporado un nuevo dispositivo asistencial”, señala Serrano.
Por otro lado, “el grado de imbricación de Neurología con el resto de los servicios del hospital siempre ha sido alto. La relación con los compañeros de antaño, dentro de Medicina Interna, de ninguna manera ha disminuido, sino que, probablemente, se ha visto reforzada, ya que ahora neurólogos y neurofisiólogos pueden aportar mucho más que entonces”. Además, añade Serrano, “se han tendido lazos con otras especialidades y las sesiones clínicas se han hecho multidisciplinares”.
En la misma línea, la unidad incorporó durante los primeros años médicos rehabilitadores, neurorradiólogos y de especialistas en Medicina Nuclear, que trabajaron a tiempo parcial en la Unidad de Neurología, y últimamente se han establecido “importantes líneas de colaboración” con Neurocirugía, Cirugía Vascular, Radiología intervencionista y Psiquiatría.
Innovadores en gestión y terceros de Andalucía en Investigación
En opinión de Pedro Serrano, “el concepto de servicio puntero es un concepto voluble y hasta en cierta manera, peligroso. Es fácil traspasar la delicada línea que separa la satisfacción de la autocomplacencia, y esta última es el peor enemigo de la calidad asistencial”. Dicho esto, el neurólogo se conforma con saber que intentan hacer bien el trabajo que les corresponde y recibir el feed-back de los enfermos: “creo que para un médico esa es la mejor gratificación y en eso sí somos punteros”.
Hospital Torrecárdenas de Almería.
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No obstante, Serrano se atreve a destacar dos aspectos que definen el servicio que dirige. El primero, la innovación en temas de gestión, dado que la del Hospital Torrecárdenas es “una de las primeras unidades de gestión clínica neurológicas en el país”. “El objetivo es la integración eficiente de todas las labores diagnósticas y terapéuticas en Neurología, salvando esa barrera que la división por servicios y especialidades ha generado en el sistema sanitario, y que ha sido fuente de rigidez y falta de eficiencia”, comenta.
La segunda cuestión que subraya el director es la investigación: “la Unidad de Neurología del Hospital Torrecárdenas tiene el honor de ocupar el tercer puesto en el ranking de Andalucía por número de publicaciones en revistas neurológicas con factor de impacto, por encima de hospitales con mucha mayor tradición y recursos”.
En este sentido, “la unidad tiene definidas dos líneas de investigación: la neurosonología aplicada a enfermedades neurológicas y la epilepsia refractaria que, poco a poco, están dando muchos frutos”, detalla Serrano. De hecho, una de las líneas ha culminado con un registro de propiedad intelectual de un algoritmo diagnóstico en epilepsia refractaria.
Además, el número de publicaciones y de concurrencia a convocatorias de proyectos financiados por entidades públicas ha crecido en los últimos años. Así, en el año 2010, se registraron seis publicaciones en revistas con factor de impacto cuyo primer autor pertenecía a esta unidad y, en los últimos cinco años, la unidad ha obtenido financiación para tres proyectos de investigación y para dos convocatorias públicas de infraestructuras, que han permitido la obtención de un equipo Dupplex de altas prestaciones y la instalación de una habitación acondicionada para la realización de monitorización prolongada vídeo-EEG.
Uno de los proyectos que la unidad afronta con más ilusión actualmente es la coordinación del estudio epidemiológico Epiberia sobre incidencia y prevalencia de epilepsia en España, que ha reunido el interés de los Grupos de Estudio de Epilepsia y Neuroepidemiología de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y de la Sociedad Andaluza de Epilepsia. También están activos otros proyectos en las áreas de neurosonología, trastornos del movimiento y demencias.
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